El Ejército
Invisible
Por Antonio
Caponnetto *
Unidos en la
unánime aventura
de rescatar
la tierra con sus dotes,
los varones
planean la conjura.
Porque sangra
esta cruel cabalgadura
en la ciudad
montada de hugonotes.
La sombra,
veterana compañera
de
complotados, tramas, sortilegios,
oye
propuestas con su faz señera.
Cuentan
armas, revisan la leñera,
todos juran
vengar los sacrilegios.
Ya
Fornaguera, el catalán fogoso,
pide sin más,
pasarlos a cuchillo
y Alzaga
asiente: no será costoso.
Otros piden
rodear, cavando un foso,
minando el
Fuerte en un fatal anillo.
Se habla de
asaltos, lazos, emboscadas,
de una quinta
en Perdriel dada al olvido
con acciones
de guerra, agazapadas.
Un gaucho
preguntó por las Cruzadas:
el invisible
ejército ha nacido.
Cada casa un
alcázar o un bastión,
cada torre un
vigía desvelado.
Los Húsares
ya están con Pueyrredón.
Y probando el
cerrojo de un cañón
Felipe
Sentenach ruge callado.
Quien pudiera
asomarse a esos balcones
de cánticos
marciales, de entreveros,
con un cielo
de pólvora y de halcones.
Quién nos
restituyera las pasiones
para ser de
la patria arcabuceros.
Solar que
nombras a Santa María,
Puerto que
invocas a la Trinidad
habitaron
guerreros en tu ría.
Tal vez a
fuerza de melancolía
haya otra
reconquista en la Ciudad.
* Poemas para la Reconquista. Bs. As.,
Santiago Apóstol, 2006, pp. 21-22.
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