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viernes, octubre 29

Todo acaba, todo muere.


Se murió (no lo nombremos)

Todo acaba, todo muere.

Se murió, no lo nombremos.

Miserere.


Murió cuando no pensaba.

Se acabó en un brusco hipo,

con todo lo que esperaba.

Pobre tipo.


Ya no ganará elecciones.

Ya no será reelegido.

Su alma llena de pasiones

¿dónde ha ido?


¿Qué se han hecho los extremos

adonde quiso subir?

Todo se acabó. Recemos.

Todos hemos de morir.


Su vida a cuatro columnas

que ha publicado la prensa

lo consolará en su tumba

si está allá donde uno piensa.


Murió temprano el fulano,

nadie por eso se altere.

Acaba todo lo humano.

Miserere.


Morirán todos los otros.

Aprendan que todo es vano,

si hay alguno entre nosotros

medio aprendiz de tirano.


Ninguno exulte o se mofe,

ninguno se desespere.

Todos echarán el bofe.

Miserere.


Piensen todos en la Pálida

que a todos apunta y tira.

Vayan limpiando las ánimas

de mentira.


Querer pararla es en vano.

No esperen que los espere.

Morirán como el fulano.

Miserere.


(parafraseando a Castellani)

martes, octubre 26

Corolario: ante la muerte de niños argentinos en Misiones por desnutrición.



“La ofuscación de la inteligencia en esos malditos guarda proporción con la bajeza de sus almas. Aunque se tuviese la fuerza persuasiva de un arcángel, la empresa más temeraria sería siempre procurar que esos ricos entiendan que sus riquezas no les pertenecerían ni tendrían sobre ellas ningún derecho de no ser por la malicia del demonio que inspiró las leyes de este mundo y, sobre todo, por la misteriosa y terrible permisión de Dios, que se complace en confrontarlos con sus víctimas, que son sus acreedores y jueces. No lo entienden ni lo entenderán jamás, ni siquiera en el infierno, en donde les acompañará la ceguera incurable de su necedad y de su orgullo.”


León Bloy, La Sangre del Pobre

Sentenciados por el gobernador.



El gobernador de Misiones reconoció que "ya murieron 206 chicos por desnutrición este año"


Tras conocerse los dos casos de niños que fallecieron por desnutrición a pesar de estar inscriptos en el plan Hambre Cero, el gobernador de Misiones, Maurice Closs, destacó hoy que se redujeron los índices de mortalidad infantil en esa provincia respecto al año pasado pero que "obviamente algunos de ellos se nos van a morir porque la mortalidad infantil es un problema".


Maurice Closs explicó que su provincia es "pobre, con una situación de pobreza estructural" y que el plan de Hambre Cero arrancó en mayo, para detectar casos de situación de pobreza extrema.


"Detectamos 6000 chicos con este problema, de los cuales 1000 tenían un problema complejo de desnutrición. Esos mil chicos fueron identificados, se les asignó un padrino por fuera del gobierno, se conformaron los consejos locales y se salió a tratar de resolver caso por caso. Obviamente que algunos de estos chicos se nos van a morir porque la mortalidad infantil es un problema, es una realidad y este plan justamente lo que busca es identificar cada caso", dijo en declaraciones al canal TN.


"El año pasado se murieron 329 nenitos, es un índice de mortalidad infantil de 12,3 por mil, en la decada del 90 era de 33 por mil. Este año ya se murieron 206 chicos, pero el año pasado a esta altura se habían muerto 253", dijo.


http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1318463

Declaración de la Academia Nacional de Medicina.


Hoy llegué de viaje y en la Terminal de NNNN debía combinar con un bus que me llevaba directo a mi ciudad de YYYY. Faltaba una hora para el servicio, por lo que me senté en un bar y me puse a leer La Nación, de donde rescaté tres o cuatro cosas que me parecieron interesantes de compartir. Cómo tengo sueño y ya es tarde, sólo dejo constancia de dos. La que va aquí es –cuantimenos- valiente y va a molestar a más de un abortista hijo de puta. La que va en la otra entrada es para llorar (primero), rezar (segundo) y decidirse de una vez (los que no lo han hecho aún) a combatir a este gobierno criminal.



Pronunciamiento contra el aborto.


La Academia Nacional de Medicina recordó a los profesionales el juramento de "cuidar la vida"


Lunes 25 de octubre de 2010 | Publicado en edición impresa


La Academia Nacional de Medicina (ANM) difundió una declaración que fue aprobada durante el consejo plenario que se realizó el 30 del mes último en la que se rechaza el aborto, se defiende el derecho a la objeción de conciencia y se recuerda que el juramento médico compromete a los profesionales a "cuidar la vida".


"La salud pública argentina necesita de propuestas que cuiden y protejan a la madre y a su hijo, la vida de la mujer y la del niño por nacer. La obligación médica es salvar a los dos, nada bueno puede derivarse para la sociedad cuando se elige la muerte como solución. Si el aborto clandestino es un problema sanitario, corresponde a las autoridades tomar las mejores medidas preventivas y curativas sin vulnerar el derecho humano fundamental a la vida y al de los profesionales médicos a respetar sus convicciones", dice el texto, que lleva la firma del presidente de la Academia, Juan M. Ghirlanda, y del secretario general, Roberto N. Pradier.


La declaración detalla: "La ANM considera que el niño por nacer científica y biológicamente es un ser humano cuya existencia comienza al momento de su concepción. Desde el punto de vista jurídico, es un sujeto de derecho, como lo reconocen la Constitución Nacional, los tratados internacionales anexos y los distintos códigos nacionales y provinciales de nuestro país. Destruir a un embrión humano significa impedir el nacimiento de un ser humano".


La AMN es una entidad civil sin fines de lucro dedicada a la investigación científica. Entre sus objetivos figuran "fomentar la dignidad y la ética en el ejercicio profesional".


El pronunciamiento también apuntó al juramento médico y a la objeción de conciencia: "El pensamiento médico a partir de la ética hipocrática ha defendido la vida humana como condición inalienable desde la concepción. Por lo que la Academia Nacional de Medicina hace un llamado a todos los médicos del país a mantener la fidelidad a la que un día se comprometieron bajo juramento. El derecho a la objeción de conciencia implica no ser obligado a realizar acciones que contrarían convicciones éticas o religiosas del individuo".


http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1318326

miércoles, octubre 20

Una palabra sobre el indigenismo.


“No es de extrañar que imbuida de todos estos criterios, la militancia de las asociaciones indigenistas aparezca ligada a las organizaciones y partidos de izquierda y que éstas a su vez se solidaricen con los programas de aquéllas.


“Es cierto que el indigenismo –o digamos mejor, los mismos indios- no han dejado de tener problemas en los países con gobiernos marxistas o pro-marxistas, incluso problemas de supervivencia.


“Pero esto demuestra la insuficiencia del Comunismo o de cualquier vía socialista para asegurar el Bien Común, y la falacia de la mentada ayuda a los marginados.


“Los indios, como los pobres y los desvalidos, no son más que un recurso sociológico y un caudal electoral.


“Solicitados a la hora de los sufragios e invocados en las campañas demagógicas por líderes políticos, son olvidados o utilizados desde el ejercicio del poder.


“Es que al marxismo –y esto ha sido dicho por sus protagonistas- los desheredados no le interesan en cuanto debilidad que necesita ayuda, sino en tanto fuerza organizable que pueda apoyarlo.


“No son sus sentimientos los que tratan de entender y encauzar sino sus resentimientos los que quieren movilizar revolucionariamente.”


(…)


Sin embargo –y a esto íbamos- las entidades indigenistas que dicen proteger los intereses aborígenes, trabajan con las facciones de izquierda y sostienen recíprocamente sus postulados; alianza que se entiende a poco de conocer los objetivos de las primeras”.


Pero el punto central es la abolición de la cristiandad –concepto amplio en el que se considera lo religioso pero también lo político, lo cultural, lo occidental, en síntesis- y su reemplazo por la indianidad, concepto igualmente amplio que supone lo religioso, lo lingüístico, lo racial, lo socioeconómico, etc.”


“… indigenismo y marxismo coinciden en el objetivo común de erradicar a Cristo y a Su Iglesia del continente americano y en convertir a éste en un conglomerado de republiquetas autónomas, presa fácil de la dominación política y cultural de la Revolución Anticristiana.”


Del libro de: CAPONNETTO, Antonio: “Hispanidad y Leyendas Negras. La Teología de la Liberación y la Historia de América”. Bs. As., Nueva Hispanidad, 2002, p. 155, 158, 159, 162.

martes, octubre 12

En el Día de la Raza o de la Vocación de América.




Como creyeron, solos, lo increíble
sucedió; que los límites del sueño
traspasaron, y el mar, y el imposible.
...Y es todo elogio a su valor, pequeño.


Y el poema en su nombre. Todavía
decir Cortés, Pizarro o Alvarado,
contiene más grandeza y más poesía,
de cuanto en este mundo se ha rimado.


Capitanes de ensueño y de quimera,
rompiendo para siempre el horizonte,
persiguieron al sol en su carrera.


Y el mar –alzado hasta los cielos–, monte
es, entre ambas Españas,
sólo digno cantor de sus hazañas.


Manuel Machado.

Decretos eran los de antes.


Decreto estableciendo el 12 de octubre como fiesta nacional.


(BOLETÍN OFICIAL, Nº 7112, del 11 de octubre de 1917)


CONSIDERANDO:


1º. Que el descubrimiento de América es el acontecimiento de más trascendencia que haya realizado la humanidad a través de los tiempos; pues todas las rememoraciones posteriores se derivan de este asombroso suceso, que, al par que amplió los lindes de la tierra, abrió insospechados horizontes al espíritu;


2º. Que se debió al genio hispano, -al identificarse con la visión sublime del genio de Colón,- efemérides tan portentosa, cuya obra no quedó circunscripta al prodigio del descubrimiento, sino que la consolidó con la conquista, empresa ésta tan ardua y ciclópea que no tiene términos posibles de comparación en los anales de todos los pueblos;


3º. Que la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático y magnífico el valor de sus guerreros, el denuedo de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, las labores de sus menestrales; y, con la aleación de todos estos factores, obró el milagro de conquistar para la civilización la inmensa heredad en que hoy florecen las naciones a las cuales ha dado, con la levadura de su sangre y con la armonía de su lengua, una herencia inmortal que debemos de afirmar y de mantener con jubiloso reconocimiento;


El Poder Ejecutivo de la Nación decreta:


Artículo 1º. – Declárase fiesta nacional el día 12 de Octubre.


Articulo 2º. – Comuníquese, publíquese, dése al Registro Nacional y archívese.

lunes, octubre 11

Meditaciones araucanas (para un 11 de octubre).



Atendiendo a la advertencia del Dr. Díaz Araujo en “Propiedad indígena” (UCALP, 2009, p. 32), leemos en La Nación del 18 de octubre de 2009:


"Reclamamos del Estado un reconocimiento territorial en el que podamos tener control, uso y administración de nuestros recursos naturales", dice Jorge Nahuel, ideólogo de la Confederación Mapuche, en las oficinas de ese organismo en la capital neuquina. Sobrevuela sobre esa definición el temor de un reclamo territorial que vaya más allá. No son pocos los que detrás de ese reconocimiento histórico ven una trasnochada intención de reestablecer la Araucanía, o patria mapuche.


"En Villa Pehuenia los mapuches ya tienen 10.000 hectáreas en su poder. No voy a entregarles un metro más", sostiene el intendente Silvio del Castillo, del Movimiento Popular Neuquino.


"Pueden enjuiciarnos por acusarnos de usurpar nuestras propias tierras, pero la movilización va a seguir", retruca Daniel Salazar, lonko (cacique) de Aluminé.


Los viejos jefes de las comunidades Currumil y Aigo, con notable ascendencia en la zona, toman distancia de los jóvenes caciques que los desplazaron de la conducción: "Arrastran a los jóvenes a una lucha sin sentido. Nosotros queremos la paz. Hoy los mapuches ocupan tierras que nunca fueron nuestras", dicen.


Resulta imposible determinar la cantidad de hectáreas reclamadas por los mapuches como propias. Hablan ellos, en forma genérica, del reconocimiento de un "estado mapuche" y del territorio de la Araucanía, antigua dominación de los tehuelches y los araucanos que incluye territorios argentinos y chilenos, de costa a costa, entre los ríos Colorado y Bío Bío.


Villa Pehuenia es una de las poblaciones más jóvenes de la provincia. Esta localidad, al abrigo de las costas del lago Aluminé, nació gracias a un convenio entre la provincia y los mapuches. El Estado les canjeó las tierras costeras sobre el Aluminé a cambio de 12.000 hectáreas en otra zona de la provincia. Los mapuches mantuvieron como propia la zona del volcán Batea Mahuida, donde levantaron un pequeño pero exitoso centro de esquí, y los terrenos linderos con "la angostura", el riacho que une los lagos Moquehue y Aluminé, donde explotan cinco campings.


Mamá Margarita era una escuela rural situada en las inmediaciones de Junín de los Andes en la que por más de cuarenta años se educaron las mujeres de la región. El internado era conducido por monjas. Hoy la escuela está ocupada por los mapuches.


Sobre lo ocurrido allí se tejen mil y una historias. Dicen que hasta obligaron a las monjas a llevarse el féretro de una hermana sepultada en los terrenos de la escuela.



Nota: Lindos avances del indigenismo en la (¿ex?) Argentina (¿hoy: Estado pluricultural ultravariado?).


Lea la nota completa aquí (pero antes tome un tilo).

El problema de la interpretación del demonismo.


Pero esto resulta difícil de comprender si no se toma en cuenta que en rigor de verdad América, por su gentilidad y barbarismo, era la Civitas Diaboli.


LA LUCHA CONTRA EL DEMONIO EN LA EVANGELIZACIÓN DE AMÉRICA *


San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro auxilio contra las maldades e insidias del demonio. ¡Te suplicamos que el Señor te lo ordene! Y tú, príncipe de las milicias celestiales, con el poder recibido de Dios, arroja en el infierno a Satanás y a todos los demás espíritus malignos que merodean por el mundo para la perdición de las almas.

LEÓN XIII



I. El problema de la interpretación del demonismo.


Ya no es un secreto que la historia de América ha sido y es profundamente falsificada y tampoco que los mecanismos propios de esa falsificación han sido ya profusamente explicados por historiadores y pensadores egregios. Desde la falacia consuetudinaria a los sofismas más vergonzosos, la narración de nuestra historia ha sido reducida a un puñado de lugares comunes que responden a fines no por oscuros menos sistemáticos y planificados. Las llamadas leyendas negras no pueden ser adscriptas al pensamiento de tal o cual historiador sino más bien al diseño concienzudo de un plan falsificador cuyas tácticas, estrategias y personeros recorren con holgura el pensamiento moderno.


Es claro que este plan de estricta falsedad no podía dejar de afectar el ámbito particular de la historia de la Iglesia, inescindible de la historia toda del Nuevo Mundo. Y decimos más: es precisamente a partir de una concepción malintencionada y falaz de la historia de la Iglesia en Hispanoamérica que pudieron y pueden sostenerse las tesis de una historia falsificada de América toda.


Al respecto Antonio Caponnetto hace explícitas las diversas manifestaciones de estas leyendas negras que coadyuvan en su origen y en sus fines. (1) Señala dicho autor tres tipos distintos, aunque concomitantes, de leyendas: la “lascasiana”, la liberal y la marxista. En esta última se enrolan los intentos falsificadores, por demás fructíferos y vigentes, de la Teología de la Liberación.


Es menester aclarar, sin embargo, que esta división de la Leyenda Negra es sólo una expresión de sus diversas manifestaciones que no hacen más que demostrar su univocidad en torno a algunos errores fundamentales. En este sentido, la Teología de la Liberación se conforma como una síntesis de las viejas y nuevas leyendas negras nacidas al amparo de la sospecha moderna contra la Verdad y sus epifanías temporales. Síntesis no menos peligrosa por el hecho de serlo y más aún si se toma en cuenta su carácter profundamente cismático, cuando no directamente heresiarca. (2)


Esta “teología” se ha esmerado especialmente por incursionar en el ámbito historiográfico reconociendo a éste como el terreno propicio para deformar las conciencias y trocar el sentido común. A este respecto dejamos la palabra al precitado Caponnetto:


La Teología de la Liberación es, entre otras cosas, una formulación sin mayores vuelos del viejo error historicista. Como tal posee de la Historia una mirada temporalista y secularizante y, en no pocos casos, profanadora de las más altas realidades sacras. De la historia en tanto ser como de lo histórico en tanto acontecer. Consistir y transcurrir resultan así reducidos y tergiversados. Pero está claro que de una torcida concepción acerca de lo que la historia es, no puede ser sino seguirse una peor elaboración e interpretación de lo que en su curso ha sucedido. Por eso la Teología de la Liberación al ocuparse- y se ocupa con prioridad- de la Historia de América, la analiza y expone con criterios materialistas, ideologizantes y, digámoslo todo, anticristianos.” (3)


Esa Historiografía ideologizante se expresa esencialmente en la categoría de conflicto, propio de la dialéctica marxista. Citamos in extenso a Mons. Boaventura Kloppenburg:


“Es así como se divulga una ideología que hace del conflicto algo estructural, considerándolo el motor de la historia y señalando la agudización de los conflictos como el único medio adecuado para el progreso de la humanidad. Las tensiones que son parte de la vida, son sistemática y conscientemente transformadas en oposiciones, para que entonces surja el conflicto. Revelan una visión patológica, maniquea y dualista de la realidad, compuesta, según ellos, de contrarios en lucha. El motor de su dialéctica es lucha de clases.” (4)


De acuerdo con los conceptos explicitados en las citas anteriores podemos indicar, sin temor a equivocarnos, que lo sagrado, sobrenatural y trascendente no forma parte de la heterodoxa concepción de la Teología de la Liberación y sus obvias y publicitadas ramificaciones en el pensamiento y quehacer historiográfico actual. Es por ello que realidades sobrenaturales sobrenaturales como los milagros o la incorruptibilidad del cuerpo de los mártires o las batallas victoriosas merced a la intercesión de Nuestra Señora, por citar sólo algunas, son presentados por los exponentes de esta “nueva” teología e historiografía como prejuicios irracionales o meras legitimaciones ideológicas del poder político opresor (léase Corona española-Iglesia Católica).


Por lo dicho no es extraño que la cuestión del diablo, un tema de absoluta raíz teológica, merezca tratamiento semejante a la hora de ser abordada por los historiógrafos que mentamos. De ese modo el Príncipe de las Tinieblas aparece a los ojos de dichos investigadores como mera categoría o concepto extraído del oscurantismo propio de la Cristiandad medieval (de la cual, efectivamente, es deudora la epopeya evangelizadora americana). Se trataría, en suma, de una simple herramienta ideológica utilizada para la opresión de las mayorías étnicas, los indígenas.


Es claro que esta supina idea tiene origen cierto en las claves ideológicas de la Teología de la Liberación a las que ya hemos aludido. De hecho su adscripción neta al materialismo histórico le permite trasplantar la categoría de la lucha de clases inherente al método dialéctico al escenario indiano y anunciar así el concepto de demonización como uno de los ejes de la ideología opresiva. (5)


El mexicano Fernando Cervantes explica bien el riesgo de estas interpretaciones. Mientras critica por un lado la ausencia de estudios serios en la historia del demonismo, presenta algunas de las variantes interpretativas sobre el tema:


“En el mejor de los casos, el demonio aparece como una aproximación pintoresca de una idea dominante, que proporciona buen material anecdótico. En el peor de los casos, el concepto surge como la imposición de una idea hegemónica, magistralmente organizada por las elites, para mantener a los grupos subordinados bajo su control.” (6)


Esta cuestión encuentra sentido en el desarrollo de no pocos escritos que sostienen la hipótesis de la demonización como herramienta ideológica de opresión de las masas indígenas.


Al respecto, y sólo a modo de ejemplo, citamos las palabras del historiador chileno Pinto Rodríguez:


“La diabolización del mundo americano fue sólo una de las alternativas que utilizó el europeo para discriminar negativamente a los nativos de esta tierra y –agrega- es evidente que no lo hizo por perversidad: en una república cristiana, fuertemente etnocéntrica, no había lugar para la otredad.” (7)


La explicación acerca de este término no poco abstruso de la demonización ha sido realizada desde distintas perspectivas.


En este sentido, la muy desgastada categoría de alteridad (8) es una de las primeras en ser utilizada para abordarlo. Desde la tal categoría el argumento que pretende interpretar la demonización como una forma de legitimación socio-ideológica recurre también a la cuestión de la barbarización del indígena.


Es indudable que, al término de lo que se ha dado en llamar ciclo evangelizador fundante, (9) primó en los europeos cierta imagen negativa de las culturas indígenas en general pues “en dicho contexto no tardó en hacerse patente que cuanto más se considerara a los indígenas bajo el poder de Satanás, mayor era la urgencia de la presencia europea”. (10)


Mas no tarda el precitado Cervantes en responder a esta tesis de legitimación determinando que el “peligro evidente de esta interpretación es que tiende a reducir la figura del demonio a un mero instrumento de conveniencia política y a menospreciar la sincera creencia de la mayoría de los contemporáneos en la autenticidad del demonismo”. (11)


Lo que este autor omite es que el origen que esta falaz interpretación es el naturalismo y el historicismo que le es claro deudor. Pero sí compartimos, es claro, que los misioneros creían firmemente que evangelización implicaba conversión y que en el camino hacia ésta era necesario arrancar a los indígenas de las garras del diablo. No es sólo que el misionero cree en la existencia del demonio, sino que su vida está centrada en dos esenciales razones: anunciar y predicar la Buena Nueva para la salvación de las almas, en primer término, y librar la guerra contra el diablo para evitar la perdición de las almas reconquistadas, en un obligado segundo término. Pero esto resulta difícil de comprender si no se toma en cuenta que en rigor de verdad América, por su gentilidad y barbarismo, era la Civitas Diaboli.


* SÁNCHEZ, Sebastián: Tres ensayos de historia indiana. Caballeros, misioneros y teólogos en la Conquista Espiritual de América. Bs. As.- Santander, Nueva Hispanidad, 2003, Cap. 2.


Notas:

(1) Antonio CAPONNETTO: Hispanidad y leyendas negras. La Teología de la Liberación y la Historia de América, Buenos Aires, Nueva Hispanidad, 2002, 2º ed. En este libro se exponen los errores históricos de las leyendas negras como así también su génesis ideológica. Sin embargo, y más allá de las fundamentales explicaciones que nos brinda acerca de las falacias historicistas e inmanentistas, consideramos de valor esencial su valoración de las nociones centrales de Cristiandad-Hispanidad.

(2) El documento redactado por la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe es más que esclarecedor a este respecto. Cfr. Instrucción sobre algunos aspectos de la Teología de la Liberación, Bs. As., Paulinas, 1984.


Sin embargo y, a diferencia de las herejías y cismas que profusamente han asolado la historia de la Iglesia de Cristo, la Teología de la Liberación pretende permanecer dentro de la Iglesia para procurar socavarla por dentro, nota característica ésta de los herejes contemporáneos, desde los modernistas hasta los actuales ecoteólogos o las tristemente conocidas católicas por el derecho a decidir.

(3) CAPONNETTO: Op. Cit., p. 15. Podemos citar muchos ejemplos acerca de esta cuestión pero algunos fragmentos de Enrique Dussel, uno de los más importantes cultores de esta ideología, nos parecen suficientemente representativos: “… había que construir –dice Dussel- la categoría bíblica de pobre, oprimido, desposeído, como categoría de la ciencia histórica (…) la totalidad social de una época había que estudiarla como determinada por una cierta totalidad práctico productiva (sea tributaria, capitalista, etc.) que, por su parte, permitiese definir las clases sociales.Las diversas maneras de articularse dichas clases en coyunturas históricas, bloques históricos, aclara el sentido de una época, período o acontecimiento”. Enrique DUSSEL (Ed.): Resistencia y esperanza. Historia del pueblo cristiano en América Latina y el Caribe, CEHILA - DEI, San José de Costa Rica, 1995.

(4) Mons. Boaventura KLOPPENBURG: “Pluralismo Eclesial”, en: La Iglesia del Señor, Bogotá. CELAM, 1983.

(5) Sobre las bases filosóficas e históricas del marxismo se ha escrito mucho y de lo mejor pero nos parecen sustanciales las expresiones que al respecto pronunciaran dos sacerdotes argentinos: “… el tránsito injustificado y apriorístico, del orden gnoseológico al ontológico es el equívoco más claro y la raíz profunda del fallo básico en el idealismo hegeliano. Marx adopta con entusiasmo el método dialéctico, pero al advertir la intrínseca incongruencia del idealismo intenta saltar de éste a la realidad (…) por consiguiente Marx no se libra del equívoco del tránsito injustificado (…) se trata de un falso realismo porque se funda en un grosero materialismo gnoseológico”. Cfr. Domingo BASSO – Enrique LAJE: ¿Es liberador el marxismo?, Bs.As. Claretiana, 1977.

(6) Fernando CERVANTES: El Diablo en el Nuevo Mundo, Herder, p. 13. Este autor mexicano brinda una interesante síntesis de la historia del demonismo en el Nuevo Mundo, particularmente en Nueva España. Se presenta a si mismo como católico pero muchas de sus conclusiones lo acercan a algunas categorías del pensamiento de la Liberación. Sin embargo, su trabajo nos parece aconsejable por su seriedad para aquéllos que sepan entrever la ideología entre líneas.

(7) Jorge PINTO RODRÍGUEZ: “Las cosas de Dios y las hechuras de Satanás. Blancos, indios y mestizos en Chile”, en: Cuadernos del Sur, 25, 1995. Asimismo otro trabajo de este autor chileno nos perece interesante como expresión de los extravíos que veníamos señalando. “¿Qué vieron estos hombres cuando estuvieron frente a los indígenas de América? Una nebulosa se cruzó por sus ojos (…) Los jesuitas

encontraron en Satanás la clave traspasar la nebulosa. Diabolizaron al indígena y al mundo que los rodeaba y, valiéndose de esa condición lanzaron una cruzada en contra de quien llamaban el enemigo más cruel del género humano”. Cfr. Jorge PINTO RODRÍGUEZ: “Entre el pecado y la virtud”, en: Misticismo y Violencia en la temprana evangelización de Chile, Temuco, Universidad de la Frontera, 1991.

(8) Respecto a la categoría de alteridad son muchos los escritos que pueden consultarse por lo que, a modo de ejemplo, traemos a colación el trabajo del escritor “católico” Michel de CERTEAU: “L`Alterité Diabolique. A props du film l`Exorciste”, en: Etudes, marzo de 1975. La idea central de estos ideólogos puede sintetizarse en la presentación del indígena como “el otro” “negado en su genuinidad, mera carne de cañón de la evangelización” y de una abstrusa cuanto enigmática antropologización. Cfr. Guy ROZAT: América, imperio del demonio, México, Universidad Iberoamericana, 1995, p. 62.

(9) Cfr. Elisa LUQUE ALCAIDE y Joseph Ignasi SARANYANA: La Iglesia Católica y América, Madrid, MAPFRE, 1992.

(10) CERVANTES: Op. Cit., p. 22.

(11) Ibíd.