Seca, peste, guerra y hambre
tenemos en lo presente
y una vida impenitente
con el descaro más grande.
La conciencia se acabó,
la caridad se ha perdido,
ya está en el mayor olvido
el santo temor de Dios.
Es preciso que el rigor
a nuestra dureza ablande,
pues es justo que nos mande
castigo de cuando en cuando,
como que ya está mandando
seca, peste, guerra y hambre.
Reinando está la codicia,
el lujo y la vanidad,
y la más dura impiedad
con su hermana la malicia.
Aquí corre la impudicia,
la murmuración frecuente,
y de todo esto la fuente
es el ocio y el engaño,
y, por eso, el mayor daño
tenemos en lo presente.
La mala fe con el vicio
parece que han hecho alianza,
porque corre la venganza
en lamentable desquicio.
¡Oh que olvidado está el juicio
de ese Dios omnipotente!
Si nos llama derrepente
¿qué podremos alegar,
si es tanta nuestra maldad
y una vida impenitente?
Presto se pedirá cuenta
al que sabe y al que ignora,
porque en los tiempos de ahora
servir a Dios es afrenta.
Aquí su poder ostenta
el mundo, demonio y carne,
haciendo el mayor alarde
despreciamos entre tanto
a ese Dios inmenso y santo
con el descaro más grande.
*** de los papeles de don Isidro Alderete Norry.
Tomado de don Alfonso Carrizo y uno de sus libros (no me acuerdo cuál), sepa buscarlo el lector.
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