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lunes, octubre 11

Meditaciones araucanas (para un 11 de octubre).



Atendiendo a la advertencia del Dr. Díaz Araujo en “Propiedad indígena” (UCALP, 2009, p. 32), leemos en La Nación del 18 de octubre de 2009:


"Reclamamos del Estado un reconocimiento territorial en el que podamos tener control, uso y administración de nuestros recursos naturales", dice Jorge Nahuel, ideólogo de la Confederación Mapuche, en las oficinas de ese organismo en la capital neuquina. Sobrevuela sobre esa definición el temor de un reclamo territorial que vaya más allá. No son pocos los que detrás de ese reconocimiento histórico ven una trasnochada intención de reestablecer la Araucanía, o patria mapuche.


"En Villa Pehuenia los mapuches ya tienen 10.000 hectáreas en su poder. No voy a entregarles un metro más", sostiene el intendente Silvio del Castillo, del Movimiento Popular Neuquino.


"Pueden enjuiciarnos por acusarnos de usurpar nuestras propias tierras, pero la movilización va a seguir", retruca Daniel Salazar, lonko (cacique) de Aluminé.


Los viejos jefes de las comunidades Currumil y Aigo, con notable ascendencia en la zona, toman distancia de los jóvenes caciques que los desplazaron de la conducción: "Arrastran a los jóvenes a una lucha sin sentido. Nosotros queremos la paz. Hoy los mapuches ocupan tierras que nunca fueron nuestras", dicen.


Resulta imposible determinar la cantidad de hectáreas reclamadas por los mapuches como propias. Hablan ellos, en forma genérica, del reconocimiento de un "estado mapuche" y del territorio de la Araucanía, antigua dominación de los tehuelches y los araucanos que incluye territorios argentinos y chilenos, de costa a costa, entre los ríos Colorado y Bío Bío.


Villa Pehuenia es una de las poblaciones más jóvenes de la provincia. Esta localidad, al abrigo de las costas del lago Aluminé, nació gracias a un convenio entre la provincia y los mapuches. El Estado les canjeó las tierras costeras sobre el Aluminé a cambio de 12.000 hectáreas en otra zona de la provincia. Los mapuches mantuvieron como propia la zona del volcán Batea Mahuida, donde levantaron un pequeño pero exitoso centro de esquí, y los terrenos linderos con "la angostura", el riacho que une los lagos Moquehue y Aluminé, donde explotan cinco campings.


Mamá Margarita era una escuela rural situada en las inmediaciones de Junín de los Andes en la que por más de cuarenta años se educaron las mujeres de la región. El internado era conducido por monjas. Hoy la escuela está ocupada por los mapuches.


Sobre lo ocurrido allí se tejen mil y una historias. Dicen que hasta obligaron a las monjas a llevarse el féretro de una hermana sepultada en los terrenos de la escuela.



Nota: Lindos avances del indigenismo en la (¿ex?) Argentina (¿hoy: Estado pluricultural ultravariado?).


Lea la nota completa aquí (pero antes tome un tilo).

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